Caballo Loco (Personas que dejaron huella I)

Pocas veces he hecho referencia a personajes históricos. El problema es que el legado de su vida nos viene remitido por historiadores que en su momento decidieron hacer dioses de villanos, y villanos de héroes. Al fin y al cabo la historia la han escrito siempre los vencedores. Y Tasunka Witko fue perdedor.

Pero yo tenía una deuda. Hace unas semanas la revista Libros de Management me realizó una entrevista con respuestas secas y cortas. Una de las 35 preguntas hacía referencia a un personaje, histórico o actual, que a mi parecer podría ser un líder de referencia. Dudé y aunque no fue mi primera respuesta hice trampa; revisando notas me decidí por Caballo Loco.

Tasunka Witko, literalmente «Su-Caballo-es-Loco», nació en el mal año de 1840. Pronto se convirtió en jefe de la tribu indígena americana de los Sioux cuna de valerosos guerreros. Su aportación principal al pueblo que dirigía se dirigió fundamentalmente a la preservación de las tradiciones y sus valores lo que le identificó ante los suyos como un dirigente visionario y comprometido. El problema de ese compromiso era que se vinculaba a la recuperación de unas tierras ocupadas por el invasor y poco dialogante hombre blanco. El problema no fue tan sólo territorial, sino la amenaza que suponía para un modo de vida y una cultura en plena armonía entre hombre, naturaleza y espíritu.

«Porqué si no, si se queda el rostro pálido y acaba con todo para satisfacer su ambición…¿ Que lluvia nos agradecerá nuestras danzas si no hay árboles? ¿Qué búfalo esperará nuestra caza si no existen? Que agua pura tendremos si el cara blanca la usa para sus empresas? ¿Con qué espíritu de criatura viviente nos complaceremos si no existen? Como confiar en aquel que coloca carteles donde dice paz a todos los hombres de buena voluntad, y luego extermina a mi raza sin compasión…»



Durante esos duros años de guerra casi suicida Caballo Loco mantuvo una oposición frontal a cualquier negociación que supusiera una pérdida de tierras e identidad. Se negó a la firma de cualquier tratado que supusiera derrota y en 1868 fue exiliado a una reserva de confinamiento. A los pocos años, y tras el incumplimiento de las promesas del hombre blanco hacia su pueblo, lideró un nuevo levantamiento indígena, junto a Lakotas, Cheyennes y Oglalas, obteniendo grandes victorias en batallas como Rosebub o la histórica Little Big Horn, en la que murió el general Custer. Pero poco duró la trágica aventura, y tras su detención, fue asesinado a bayonetazos en su confinamiento.

«En una ocasión una nube le dijo a un lago: eres un arrastrado siempre lamiendo la tierra. Yo desde lo alto lo veo todo, y tengo sabiduría de las cosas. Cuando el lago fue a contestarle, ya no estaba, se la había llevado el viento…»

Caballo Loco ha dejado una gran huella en la historia reciente; entre su pueblo indio y entre el maldito hombre blanco. Fue un hombre que asumió una responsabilidad, y que luchó no sólo por sus ideas sino por la de todo su pueblo. Fue un hombre valiente, tenaz y humilde hasta el final. Ahora deberías preguntarte ¿Qué hubieras hecho tú?

 «…Todo el mundo le amaba. Sus ojos atravesaban las cosas. Cuando el pueblo se dolía de hambre, dejaba de comer. Era un gran hombre. No pudieron matarle en el campo de batalla. No tenía más que unos treinta años cuando murió». Alce Negro

 Fuente: Mapahumano de Pueblos, Etnias y Culturas

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6 Comentarios

  1. jabravo 8 abril at #

    Una estupenda entrada sobre un personaje fascinante. Me ha encantado, Pablo.

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    • Pablo Adán 8 abril at #

      Gracias, el personaje no merece menos

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  2. Me ha fascinado tu artículo Pablo… hermoso legado ojalá nunca muramos como el….

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    • Jorge Jimenez 25 noviembre at #

      Fijate Zelaya, al final, ¿de que manera murió?

      Trabajando por su sueño y por su pueblo.

      No es mala manera de morir…

      Al final, si ponemos a Caballo Loco en la actualidad, sería un gran divulgador de ideas, conocimiento, empresario… O quizás no sería nadie y fue ese contexto el que le hizo liderarse a sí mismo y con ello a su pueblo.

      Pero vamos, a mi no me parece un mal final para un jefe Siux frente al usurpador hombre blanco.

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  3. Jorge Jimenez 25 noviembre at #

    ¡Genial la historia!

    Gracias por divulgar la otra cara de Caballo Loco…

    Que cierto es eso, de que los historiadores (sobre todo los de los vencedores) tienen la enferma manía de hacer dioses de villanos, y villanos de héroes.

    Un saludo Pablo!!

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    • Pablo Adan 25 noviembre at #

      Gracias Jorge, la historia la cuenta el que gana, para los perdedores queda el romanticismo…

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