Liderazgo emocional y liderazgo tóxico

liderazgo toxico

Profundizando como estoy ahora mismo en el liderazgo tóxico una de las conclusiones evidentes a las que voy llegando es al déficit emocional que posee.

El principal problema emocional del líder tóxico es una total falta de empatía. De los orígenes de esta ausencia hablaré más adelante, pero sus consecuencias son demoledoras sobre las personas. Algo avancé en el poste anterior: Bajo un líder tóxico.

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Liderazgo emocional y falta de empatía

Sin una adecuada gestión de la parte intrapersonal, porque no hay conciencia de la situación ni autocontrol en sus reacciones, ni en la parte interpersonal, se anula el remordimiento. Sin emociones no hay remordimientos, y sin remordimientos no hay posibilidad de cambio.

Pero en lo emocional el principal problema del jefe tóxico es una total falta de empatía. De los orígenes de esta ausencia hablaré más adelante, pero sus consecuencias son demoledoras sobre las personas. Algo avancé en el poste anterior: Bajo un líder tóxico.

Para analizar lo emocional es inevitable acercarse de nuevo a Daniel Goleman, más en concreto a su visión del valor de la gestión emocional en el liderazgo.

El líder resonante

Goleman, en su libro El Líder Resonante Crea Más, profundiza en la necesidad de una gestión adecuada de las emociones en el trabajo, y para ello propone el análisis de seis estilos de liderazgo emocional que vamos a comparar con la actitud del líder tóxico:

  1. Líder Visionario. Puede mover a las personas hacia una visión compartida. Para ello deberá mantener un criterio firme y fe en la visión, evitando variaciones constantes en la estrategia y creando un equipo sólido, cohesionado y fiel.

¿En qué medida es visionario un líder tóxico? Pues traspasa la dimensión de la visión convirtiéndola en una alucinación. Esa visión es algo obsesivo y personal, errante y a veces fuera de la realidad, nada que ver con la necesaria visión colectiva que inspira la acción y dibuja la meta.

  1. Líder Entrenador personal. Ayuda a las personas a asumir la responsabilidad en un área determinada. Un liderazgo coach, que ayuda, que desarrolla a las personas, donde adopta un papel de guía, empoderando y haciendo crecer a su gente.

Pero el líder tóxico no hace crecer a los demás sino todo lo contrario, explotando a la gente en el corto plazo y anulando su compromiso a largo plazo. No dirige sino que exprime, pues piensa que las personas son infieles por naturaleza. La realidad es que lo son por falta de liderazgo y ejemplaridad.

  1. Líder Afiliativo. Crea conexiones entre personas y mejora la armonía dentro de la organización, fortaleciendo los canales de comunicación, creando un entorno asertivo y empático, y dando preferencia al valor del grupo frente al individualismo.

Pues no, el líder tóxico destruye las relaciones en pos de un individualismo que evite subgrupos que puedan cuestionarle. No tiene valores, por lo que la adhesión y fidelidad a la organización sólo se produce por necesidad de supervivencia.

  1. Líder Democrático. Atiende a cada sugerencia, opinión o idea animando a todos a participar y tomándola en consideración. Se crea un espíritu colaborativo donde las opiniones personales pueden ser influyentes o decisorias.

Pero aquí manda él, no hay escucha y existe el reconocimiento de errores. No hay cesión de poder posible, pues sería una debilidad para él y un privilegio inmerecido para sus subordinados.

El líder disonante

Y frente a los estilos de liderazgo resonante plantea otros antagónicos, a los llama disonantes:

  1. Líder Controlador o timonel. Se rige de forma normativa, y planteando desafíos y metas para las personas, exigiendo la excelencia en la obtención de resultados desde la guía, el seguimiento y el ejemplo.

Pero la realidad es que el control se convierte en asfixiante y obsesivo. Nada se puede escapar a su vigilancia. Ha creado una empresa orwelliana y él es el líder supremo. El Gran Hermano nos vigila pero no para supervisar el buen ejercicio de la tarea, sino cualquier pequeño desliz por el que serás duramente juzgado.

  1. Líder Autoritario. Ordena y manda, exige y espera el cumplimiento por parte de los demás sin pensar en la necesidad de alcanzar un acuerdo previo con ellos. Qué te voy a contar.

La diferencia entre ambos lados, en realidad los mismos que el liderazgo positivo y el liderazgo negativo, está en la creación de una ambiente emocionalmente inteligente donde las emociones y los estados de ánimos son gestionados de forma correcta para que las personas den lo mejor de sí mismas.

Pero el liderazgo tóxico hará justo lo contrario. El problema principal, porque problemas hay muchos, se encuentra en que el líder tóxico se autojustifica, piensa que hace lo único que puede hacer, y no alberga remordimientos ni voluntad de cambio.

 

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