Marca Personal con los 5 sentidos (3): El oído

En las personas el órgano de la audición es el oído. Se encuentra ubicado a cada lado de la cabeza y en él se aloja también el control del equilibrio corporal. Se divide en tres partes: oído externo, oído medio y oído interno.

El oído externo comprende el pabellón auditivo; vamos, la oreja. En el oído medio se halla el tímpano, una membrana que vibra al recibir las ondas sonoras.

Dentro del oído medio se forma una cadena de conexión entre el tímpano y el laberinto del oído interno, la cual posibilita la transmisión de las vibraciones que produce el aire en el tímpano y que este traslada al oído interno.

Llegamos al oído interno, la parte más importante de la audición que se compone del laberinto y el caracol. En el se encuentran uno pequeños filamentos que responden ante las diversas vibraciones, de forma que éstas estimulan las fibras de nervio auditivo, que se conectan entonces con el cerebro.  Y es aquí donde aparece lo que realmente nos interesa de este sentido; cuando llegan al cerebro, estos impulsos son procesados y decodificados, pasando a relacionar sonidos con imágenes, emociones y sensaciones.

El cerebro es el final de la cadena de percepciones sensoriales. La forma de llegar a él, y la imagen que entonces se forma es la clave como hemos ido viendo del enfoque y la relación entre la marca personal y los sentidos.

Tres áreas de estudio y análisis podemos estructurar relaciones con el oído, el nuestro y el de los demás:

  • Hablar
  • Escuchar
  • Articular el mensaje

Hablar

Varios son los componentes que pueden hacer de la articulación de palabras y sonidos algo agradable y memorable o por el contrario algo que olvidar.

Los elementos de la voz (el volumen, el ritmo, el tono, la dicción) son cuestiones que debemos intentar controlar. Una buena capacidad en el manejo de estas variables pueden convertirnos en auténticos seductores de la palabra.

Saber utilizar el volumen adecuado a cada momento representa dominio y personalidad, también autoridad. Lo contrario denota inseguridad y evidencia una falta de interés en los interlocutores, tanto si es por arriba (mal humor, exceso de autoridad) o por debajo (miedo, timidez).

El ritmo y el tono aportan una gran dosis de emotividad en las palabras; confianza en lo que decimos, ganas de satisfacer y de conectar. Convierten una conversación o una exposición en algo bonito y agradable.

La dicción, la limpieza en la que pronunciamos las palabras dice mucho de nuestra cultura y nuestra experiencia en el habla y en el conocimiento que trasladamos a los oyentes.

Escuchar

No pienses que sólo los demás tienen oídos. Saber escuchar es prestar atención y educación, pero es mucho más. Las personas inteligentes escuchan mucho y hablan poco, es un dicho presente en muchas culturas y que compartimos sin dudarlo.

Escuchar es también observar, analizar movimientos, estilos de comunicación. Aprender a evaluar mediante la escucha los componentes paralingüísticos para conocer más al que habla, y valorar la fiabilidad de su mensaje es ahora una nueva herramienta de comunicación para nuestra marca personal.

 Articular el mensaje

Con todo lo dicho, debemos tener bien preparado nuestro mensaje de marca personal. Saber, conocer y dominar todas estas reglas antes de emitirlo. Ganar en seguridad y en impacto emocional.

En definitiva, traspasar mediantes ondas sonoras todos los elementos de este órgano sensorial para llegar limpios y directos al cerebro del destinatario de nuestro mensaje.

Saber escuchar para saber amoldar el mensaje; valorar el estado de ánimo para utilizar adecuadamente los recursos.

¿Sabes hacer dos cosas a la vez? Primero domina el arte de la escucha, después el arte de la expresión oral. Y después aprende a combinar ambas.

Como si fueras un lobo, agudizo tu instinto; el oído es sólo el canal que lleva un mensaje hasta el cerebro.

Publicado en Soymimarca.com

Si te ha gustado.. artículos relacionados:

Puedes compartir

No comments yet.

Deja una respuesta

UA-6441553-3