Julio es mes de cierre, agosto de descanso (para muchos) y septiembre de reinicio. El mes de septiembre suele generar dudas y reflexiones.

Es bueno para ello pero muchas veces no se traduce en la determinación de metas.

Las metas a veces se convierten en deseos, sueños, aspiraciones o alucinaciones, pero no terminamos de materializarlas. Peligro.

Si no sabes dónde vas, da igual el camino que tomes.

Me gusta la frase (Alicia en el país de las Maravillas, Lewis Carroll) porque define toda una filosofía de actitud ante la vida y el trabajo.

Todos sabemos, estaremos de acuerdo, que pararse a pensar, aterrizar las ideas y planificarlas es un proceso cuya importancia damos por sentado, pero ¿realmente lo hacemos?

Todo lo que sea andar pensamos que es avanzar, y no es así, y lo sabes.

A veces podemos estar andando en dirección a ninguna parte, o en la dirección contraria a la que deberíamos.

Avanzar entones puede ser perder el tiempo ir hacia atrás. Y el tiempo no siempre juega a nuestro favor; se acaba y no se puede estirar.

Aterriza las ideas

Párate a pensar, quieto ahí. No te mueves si no tienes clara la dirección, y que además es la adecuada y conveniente.

¿Vas donde te gustaría llegar? ¿Es donde realmente piensas que será rentable o competitivo? ¿Te gusta realmente y piensas que disfrutarás por el camino?

Si es así adelante, pero antes traza un plan. Si no es así, para reflexiona y no te muevas hasta que lo tengas claro.

Es estrategia personal

Claro que sí. Planifica tu vida personal y laboral como un proyecto. Punto de partida y capacidad. Deseos y aspiraciones. Recursos para conseguirlo e indicadores para comprobar cómo va el camino.

Tienes un reto

Adelante, venga. Si lo haces de forma correcta será más fácil llegar a la meta. Eso te permite dosificar recursos y asumirlo como un compromiso.

No es fácil, pero tienes ante ti un gran reto: Tú. Y el reto es motivante, ¿no crees?