La conquista de la vida.

la conquista de la vida

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La conquista de la vida.

La conquista de la vida no se ha inventado hoy. Con todo lo que leemos sobre las personas no estamos descubriendo nada nuevo, es la verdad. Hay poco por inventar, si acaso contar las cosas de un modo diferente.

Y yo sigo en mi camino de pensar que voy hacia delante cuando en realidad tengo la sensación que voy hacia atrás. Y aunque suene a contracorriente (me identifica el concepto), creo que voy en la dirección adecuada.

La velocidad del cambio acelera nuestro ritmo vital, pero tan sólo somos seres humanos, homo sapiens que reaccionan ante el cambio de forma mecánica e instintiva. Nuestra actividad vital busca en nuestra mente, nuestra genética, sistemas adaptativos para entenderla y acomodarnos a ella.

No somos tan diferentes de lo que éramos hace 10000 años. Porque 5 millones de años han ido configurando la forma en la que reaccionamos y nos relacionamos. Las cosas no han cambiando tanto como a veces nos creemos.

Plano personal, plano social.

Para explicarme mejor con estas reflexiones relato una descripción de los 2 ámbitos del ser humano (y de cualquier animal), el personal y el social.

En el plano personal

En el plano personal la salud, la meditación y el minimalismo (tres de los grandes retos por necesidad del hombre, para mí) buscan un equilibrio ancestral para reducir el estrés que hemos fabricado en una sociedad que realmente busca y necesita de nosotros justo lo contrario.

Si enfermas te medicarás, si no reflexionas y mantienes un espíritu crítico caerás en las trampas del mundo moderno y serás su rehén y esclavo, y si acaparas sin sentido el materialismo y el consumismo harán de ti, y de mí, una pieza perfecta para que el sistema económico, que no has creado tú, funcione.

En el plano social

En el plano social la supervivencia, la aceptación social y el reconocimiento nos darían ese equilibrio que para mí alberga la empatía como motor, algo que por cierto supuso a juicio de los antropólogos más reconocidos, el principal salto cualitativo que nos llevó a la cima del mundo animal.

Porque sobrevivir es instintivo, y porque de tu supervivencia depende seguramente tu familia, harás lo que sea por mantenerte vivo y activo, pero a veces el sistema no te da oportunidades. Recordemos que es el instinto primario más básico del hombre (Maslow sólo le puso forma de pirámide). Ser aceptado socialmente también es una trampa en la era de la posverdad y el pensamiento único que no es precisamente amiga del individualismo y el espíritu crítico (paro aquí o se verá tufillo político). Y por último el reconocimiento, una aspiración personal y/o profesional que nos pone en acción y exige de nosotros un sobre esfuerzo a veces excesivo y a costa de los demás, donde puede surgir la mentira, envidia o la traición, recursos (o pecados) por cierto tan humanos como cualquier otro.

No pretendo hacer una revolución, algo que por cierto me encantaría. Sólo quiero darle valor a aquello del pasado que ha sobrevivido al paso del tiempo, porque seguramente entonces es cuando verdaderamente era valioso.

1945, una nueva forma de vivir.

Cuento todo esto porque cayó en mis manos hace unos días, en una cena familiar (gracias Joseman), un libro de 1945 llamado “La conquista de la vida. Una nueva forma de vivir”, con el subtítulo de “curso completo de la personalidad en un semestre”, del filósofo Salvador Iserte*. Editado en Valencia, mi ciudad.

1945 fue ayer, puede ser hoy o podría ser mañana. La vida entonces no debía ser fácil. Las cicatrices de la segunda guerra mundial, asesina, traumática, suicida. Pérdida de millones de vidas, de seres queridos. Miedo y depresión. Un mundo por reconstruir, sobre la concordia y la superación. Pero en unos países más que en otros.

Pues ya entonces se hablaba del éxito personal, la superación, la felicidad y el equilibrio mental. Y no debió ser el primer libro que hablaba de esto, puesto que se trata de algo tan vital y natural como dar forma a los instintos del ser humano.

La primera vez

La primera vez que leí sobre marca personal fue con el primer libro de Andrés Pérez, y la segunda, casi a la vez, fue de Soymimarca (Guillem Recolons y Jordi Collell). Para ambos entonces, también para mí, y para muchos hoy, la referencia original, casi bíblica, era de Tom Peters, y su publicación “50 claves para hacer de usted una marca”. Lo vuelvo a contar aunque suene a reincidencia.

Este libro, en mi opinión, se centraba más en la actitud en busca de un efecto que en la propia personalidad. Hace casi 10 años que lo leí y lo resumí de forma bastante inocente, pensando que era algo nuevo, “del nuevo hombre”. No era tanto así.

Yo soy un hombre de acción, venía del mundo del marketing, y mi visión era de marketing. Yo quería llamarle marketing personal.

Con el tiempo he ido incorporado a mi estudio y mi visión personal materias paralelas (comunicación, plan, objetivos, autoconocimiento, coaching, estrategia, personalidad, actitud…) y cuando ya tenia agotados esos recursos comencé a recurrir a disciplinas mayores (historia, antropología, psicología, sociología, neurociencia…).

Y casi todo me remite al pasado, porque al fin y al cabo son ciencias en continua progresión, pero para interpretar el presente, a través del pasado, prediciendo comportamientos futuros.

Pero bueno esto es un lío en el que por falta de criterio real prefiero no meterme ni sentenciar, y siempre quedo abierto a escuchar a quien sabe más que yo.

¿Qué tal?… aquí, luchando.

Es una conversación corta, de esas tan habituales que se convierten en frases hechas, como hablar del tiempo. Pero nada nuevo. El hombre que se sacrifica y esfuerza por necesidad o por propia voluntad a la conquista de la vida.

Piensas que has encontrado un nuevo mantra para esta vida, que este mundo moderno nada tiene que ver con el anterior, que los cambios generacionales rompen todos los órdenes de la vida, que eres de la vanguardia, y resulta que lees en el prólogo de un libro de 1945 lo siguiente:

“La vida es una lucha. El hombre ha nacido para luchar y ha de luchar siempre (…). Para ello hay que empezar una nueva forma de vivir.

Libérese de su carcelero YO, piense en ayudar a los demás, póngase al servicio del bien común y su vida tendrá entonces un significado, desarrollará una potente personalidad, ganará muchos amigos, tendrá más éxito y sobre todo experimentará la íntima satisfacción de haber mejorado su carácter. (…).

Las cualidades fundamentales que ha de desarrollar son:

  • Un propósito dominante.
  • Una disciplina heroica.
  • Y un entusiasmo encendido.

Luego hay que desarrollar todas las potencias del ser, bajo el mando único de la voluntad, a la conquista de la vida».

Ajustes pendientes

Al menos yo me he quedado algo sorprendido, e inquieto por terminar este revelador libro. Y como no quiero ocuparos demasiado tiempo, esperar a contaros qué propone el plan. Porque el libro, el modelo de desarrollo que propone, tiene mucho, pero que mucho valor y actualidad.

Quizás precise algunos ajustes temporales como la globalización, internet, competitividad, pero poco más. Sé que no es poco, pero realmente nada tan radical como para desmerecer su valor.

Si es que tampoco hemos inventado nada. Y cada vez que miro hacia atrás mejor comprendo el presente y mejor interpreto el futuro.

No me estoy volviendo loco, ni pretendo dinamitar el concepto de “lo nuevo”, aunque sí rezumo últimamente un espíritu crítico al que voy dando forma en positivo. Por eso siento ir hacia delante pero a contracorriente.

Tan sólo pretendo disfrutar leyendo, analizando y contándolo si a alguien le puede interesar. Sólo es eso.

La Conquista de la Vida (1945, ediciones posteriores en 1966 y 1984).

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