No sobrevive el más fuerte, sino el más vago.

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Adiós a la teoría de la evolución

No sobrevive el más fuerte, sino el más vago. Recientes estudios científicos han reescrito la teoría darwinista de la evolución. La conclusión tras analizar los metabolismos de cientos de especies animales, es que las que mejor sobreviven son las que menos energía necesitan para mantenerse vivas. Es decir, las que tienen un metabolismo más lento.

Yo lo vengo escribiendo en algunos post y referencias en libros. Algo falla en el concepto de superhombre que estamos fabricando en la sociedad moderna.

Antiguamente los más fuertes iban a cazar y a la guerra.  Los más débiles se quedaban en el poblado. Los primeros tenían mayor riesgo de morir antes, los segundos de una vida más tranquila, menos estresante y entonces con mayor capacidad de reproducción.

La sociedad del bienestar, la sociedad moderna y competitiva, nos exige cada vez más. Más esfuerzo, más horas de trabajo, más riesgos, más actividad.

Las consecuencias son muchas veces nefastas para la salud y por tanto para la supervivencia.

El estrés, la falta de descanso, provoca enfermedades cardiovasculares. Menor tiempo para la cultura, la familia, la introspección y el pensamiento. Y menor actividad sexual.

Actuar por cabeza o corazón

La dualidad de nuestro cerebro toma aquí cartas en el asunto. Ni la fuerza de voluntad ni el sacrificio son instintos naturales del hombre, el descanso sí. Pero eso ni nuestro cuerpo (o la mente, o la necesidad) nos inclina a salir de la zona de confort se produce un choque neuronal donde una parte se inclina al «sí, adelante» y otra nos dice «ni te muevas, quieto y sin arriesgar».

El emprendedor sabe mucho de esto.

Emprender y arriesgar

La iniciativa, el emprendimiento, conlleva riesgos. Y el que más arriesga más probabilidades tiene de fracasar. Y además la sociedad no perdona el fracaso.

Supongo que la solución reside más en los psicólogos, los psiquiatras y los cardiólogos, pero yo me tomaría estas reflexiones en serio.

Cada vez admiro más a los que consumen menos energías, y consiguen el ansiado equilibro mental, intelectual y económico. Porque no es más rico quien más tiene sino quien menos gasta.

Así que dimensiona y equilibra tus proyectos, tus energías, y valora mucho las probabilidades de éxito de tus proyectos.

¿Y la marca personal?

No nos engañemos, poco tiene que ver con esto. Si acaso la reflexión, y por tanto la decisión, forman parte de nuestra estrategia personal. Y se basarán en coherencia y actitud.

Ahí lo dejo.

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