Pasajeros del tiempo

viajar en el tiempo

Tiempo que pasa no vuelve, tiempo perdido no se recupera. El tiempo… esa magnitud física que es constante, siempre va hacia delante, y es para todos igual.

El tiempo es un recurso tan relevante como la vida misma, pues en cierto modo es la que la dirige y le da sentido.

Hay un tiempo para disfrutar y otro tiempo para invertir en generar recursos para emplearlos en ese disfrute, así que más vale comprender el valor de emplearlo en obtener un máximo rendimiento en ambas áreas de nuestra vida.

El tiempo debe ser un aliado de tu marca personal.

Indice de contenidos

Crecer sin parar

Crecer es un hecho natural, ya sabes; nacemos, crecemos y morimos. Hasta hace no mucho la esperanza de vida llegaba de media hasta los 35 años, salvo para los más privilegiados. Realmente daba tiempo para bien poco; la muerte solía llegar por guerra, enfermedad, desastre natural, hambrunas o epidemias.

No daba demasiado tiempo para hacer un plan de vida, tampoco había mucho que planificar más allá de sobrevivir el máximo posible y facilitar alimento a tu entorno familiar.

Pero no nos pongamos dramáticos, porque ahora la esperanza de vida ha aumentado tanto que hasta puede hacer de nuestra vida algo aburrido.

Crecer es una etapa de nuestra vida apasionante: descubres cosas, despiertas emociones, experimentas, y sobre todo aprendes. Pero hay un punto al que mucha gente le da por dejar de aprender. En algún momento hemos pensado que ya sabíamos demasiado; bien por autocomplaciencia o bien por cansancio. Es como dejar de crecer.

Solemos asociar el aprendizaje a recursos laborales; idiomas, informática, habilidades, nuevas técnicas de… sin embargo hay mucho que aprender de la vida misma, de las cosas que ocurren, de las personas que nos rodean. Esas cosas que nos ayudan a interpretar la vida y a no dejarnos en ella como meros pasajeros del tiempo.

El pasado

El paso es todo lo que nos ha ocurrido, y tiene una grandísima importancia en nosotros, porque esas experiencias, aprendizajes, aciertos y errores son lo que nos moldeado y ha hecho que hoy seamos como somos, con nuestras prioridades en valores, en las cosas que para nosotros son importantes en la vida.

Pero el pasado tiene trampas peligrosas; la nostalgia, la culpa y la autocomplaciencia.

  1. La nostalgia puede anclarnos en el pasado, bajo aquello de que era más feliz, mi vida era menos complicada, más divertida. Conozco casos en los que la felicidad del pasado ha sido la mayor carga de una vida, con algo de síndrome de Peter Pan.
  2. La culpa, el remordimiento por nuestros errores o fracasos es un ancla que dificulta o impide el movimiento, el avance o el disfrute de la vida. Superarlos es una cuestión de superación y madurez, pero no siempre es fácil.
  3. El exceso de autocomplaciencia, el peligroso error de pensar que no necesitamos saber más, que ya lo hemos conseguido todo, que es tiempo de vivir de la renta de lo conseguido. No, no digo que no haya quienes puedan disfrutarlo, sólo que no siempre lo conseguido puede ser suficiente.

El presente

Dicen que el presente es lo que pasa mientras miramos. Puede ser algo así, pero creo que no es exactamente lo que pasa, sino más bien cómo lo vives, cómo te afecta.

Aprender a vivir, a sentir el presente, es algo mágico. Observar las cosas, convivir con ellas, aprender a comprender a las personas.

Pero entender el presente no es sólo observar, es también mantener ese espíritu crítico que entiendo tan necesario (Basta de tonterías, ¡atrévete a pensar!) Atreverse a pensar, a cuestionarse las cosas y las verdades dominantes. Hoy tenemos un gran peligro en pensar que todo pensamiento es válido, que toda corriente de pensamiento de hoy es la gran verdad de la vida. Sinceramente creo que hoy estamos igual o más lejos de eso de lo que antes hayamos estado.

Sea como sea, cada cual tendrá su propia idea y conclusión de esto (si la hemos pensado bien antes), de si la postmodernidad y la posverdad es ya el fin de la historia o es una simple catarsis.

Aprovechar el presente, vivirlo y exprimirlo es una gran aventura que nos da placer y satisfacción, pero frente al Carpe Diem no olvides que también hay que estar preparado para vivir el futuro.

El futuro

Si vives el día sin pesar en el futuro, posiblemente llegue un momento en que no puedas gestionarlo cuando llegue. Porque la vida, el tiempo, siempre va hacia delante.

Superados los anclajes al pasado de la culpa y la nostalgia, el futuro debe ser un reto apasionante que hay que planificar y conquistar.

En el futuro debemos ser mejores, aprender de los aciertos y errores del pasado, y afrontarlo sin miedo y con valentía. Ya sé que no son tiempos para eso, pero estarás de acuerdo en que no hay otro remedio.

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Miramos atrás y miramos hacia delante. Pero qué pocas veces miramos hacia dentro.

Continuos viajes por el tiempo, despegamos, pero no vivimos el momento.

Correr y volar, pero no descansar ni reflexionar.

El futuro será la consecuencia de lo que hagas en el presente y cómo hayas superado el pasado.

Supera el pasado, llévalo con dignidad y orgullo, disfruta y aprende del presente, invierte tiempo en pensar en tu futuro.

No te dejes llevar, porque el tiempo pasa y no vuelve, porque aún te queda mucho por vivir.

Somos pasajeros del tiempo

Tiempo y marca personal

La paradoja del tiempo

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