SOS Tengo un jefe adicto al trabajo

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Sí, puede ser un adicto

Entiendo que todos conocemos los principios esenciales de la gestión del tiempo. Es eso que nos cuentan en libros, talleres y algunos blogs recomendándonos tantas cosas que luego no cumplimos. Si eres autónomo sabrás de lo que te hablo, y si eres jefe, también. Pero ser adicto al trabajo es otra cosa.

La gestión del tiempo sirve para mejorar nuestra eficacia, nos ayuda a trabajar de forma coordinada, a mejorar la productividad y además reduce el estrés. Es decir, es algo que ayuda a que mantengamos cierta calidad de vida.

Pero la realidad dista, para variar, mucho de lo ideal. Tenemos claro que trabajar más tiempo no es gestionarlo mejor ni implica necesariamente mayor productividad. Pero una cosa es hacerlo contigo, que tienes tus propias normas y tu ritmo de trabajo, y otra hacérselo a los demás. Y de eso quiero hablar, de la adicción al trabajo de un jefe tóxico, que busca hacer a sus subordinados (empleo el lenguaje adecuado) adictos, por tanto, víctimas a los demás.

La adicción al trabajo es uno de los principales síntomas de un jefe tóxico; la sensación de gran capacidad de trabajo y una total dedicación.

[bctt tweet=»“El jefe no duerme, el jefe no come, el jefe siempre está en modo on. ¡Peligro!, alta probabilidad de adicción al trabajo”. #SOSTengoUnJefeToxico #Workaholic» username=»PabloAdanMico»]

Trabajar en exceso sin necesidad es contraproducente para tu salud y para la salud de los demás. Porque el jefe tóxico es con alta un adicto al trabajo, un trabajólico o workaholic, y quiere que tú también los seas.

¿Cómo detectar si te jefe es un adicto al trabajo?

Yo creo que ya sabrás cómo detectar si te jefe es un adicto al trabajo, pero investigando para la publicación del libro SOS Tengo un Jefe Tóxico (qué bien lo he pasado) encontré publicaciones de la Dra. Vanesa Fernández López, psicóloga especialista en emociones, que nos aporta una serie de claves para detectar una persona adicta al trabajo. Ojo, puede que tú también lo seas.

  • Tendencias compulsivas; trabajan intensamente y tienen dificultades para relajarse.
  • Necesidad de tener el control excesivo y malestar cuando no obtiene el rendimiento esperado, no controla la situación o las cosas no son como él esperaba.
  • Escasas relaciones interpersonales con el resto de los compañeros.
  • Incapacidad para delegar tareas y trabajar en equipo.
  • Autovaloración centrada en el trabajo y no en el resto de su vida. Se puntúan según les ha ido su jornada laboral y por los éxitos o fracasos alcanzados en su empleo.

A lo que yo añado:

  • No entiende cuando te marchas a casa al final de tu jornada laboral.
  • Te llamará a deshoras, necesita transmitir que trabaja más que los demás.
  • Sus relaciones contigo tienen altibajos en función de cómo respondes a su presión.
  • Es incapaz de reprimirse y no llamarte, aunque podría esperar si quisiera.
  • Nunca hay tiempo suficiente, todo es urgente.
  • Mide la cantidad por encima de la calidad.

Y podría seguir hasta 20 o más, seguramente como tú (anímate a comentarlas).

Cómo sobrevivir a un jefe adicto al trabajo.

Superar estos síntomas en tu jefe no es tarea fácil. Para empezar, es él quien marca el ritmo del trabajo y su posición (jefe o propietario) le da cobertura para la presión.

Pensarás que el fichaje en las empresas ha ayudado, puede que sí. Pero no todas las empresas funcionan al sonido de la bocina. Pienso en empresas pequeñas y medianas, con ritmos diferentes, más frenéticos.

Si te ha tocado un jefe adicto al trabajo tendrás que lidiar con la situación, porque no siempre es tan fácil marcharte a un trabajo mejor, o diferente.

Me permito dar unos consejos, algunos de ellos recogidos en el libro, para limitar la forma en que pueda afectarte:

  • Concreta desde el principio tus límites: cumplir el horario de trabajo, desconectar al terminar de él. La familia y el descanso necesitan también su tiempo.
  • Puedes estar dispuesto si hay momento de trabajo extra que sepas que responden a hechos puntuales, pero a cambio de algo. Tiempo extra o remuneración.
  • No te quedes de más si no es necesario.
  • No te fijes en el último que se va o en el primero que llega, no son tu problema.
  • Informa de tus progresos y logros conseguidos en tu horario normal de trabajo.
  • No pongas en riesgo tu vida personal (pareja, familia, amigos) por no encontrar momentos para estar con ellos sin interrupciones.

Pero claro, igual ya es demasiado tarde, porque si ya has cedido tus límites no te va a resultar fácil volver atrás. Salvo que estés en situación de renegociar tus condiciones laborales, no necesariamente salariales.

[bctt tweet=»Si no es posible, y ya estás contagiado o infectado por esa adicción al trabajo, toma nota para tu próximo trabajo, porque en ese ambiente no aguantarás mucho. #SOSTengoUnJefeToxico #Workaholic» username=»PabloAdanMico»]

El caso de Javier

En SOS Tengo un jefe Tóxico me remito a muchos casos reales contados por sus protagonistas en formaciones, debates y entrevistas de los últimos años. Aquí os dejo el de Javier.

Javier consiguió superar un proceso de tensión provocado por la presión de su jefe. Desde que entró a trabajar en la empresa, poco a poco, iba recibiendo primero consultas y luego peticiones a deshoras, casi siempre antes de cenar. Pasó el tiempo y se convirtió en algo habitual.

Al principio respondía a las peticiones porque pensaba que era parte de su adaptación a la empresa y quería demostrar al jefe que era una persona disponible y atenta. Con el tiempo comenzó a llevarse el portátil a casa, pero aquello se convirtió en algo tan habitual que empezó a afectar a su descanso y a su relación de pareja.  Comenzó a tener la sensación de que nunca desconectaba, hasta que decidió cortar, no responder llamadas ni mensajes y apagar el teléfono a salir del trabajo.

Su jefe nunca le dijo nada, dejó de presionarle, pero fue perdiendo sus favores hasta tener la sensación de que ya no era útil para él. Cuando Javier comprendió el tipo de jefe que tenía, decidió marcharse poniendo por delante la calidad de vida al salario percibido

 

Ah, por cierto ¿Se pone de los nervios porque llegan las vacaciones?

Leer prólogo del libro SOS Tengo un Jefe Tóxico aquí

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