Dignidad y marca personal

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Concepto de dignidad

Seamos dignos. Es una palabra que suena muy bien: dignidad, orgullo, coherencia, autenticidad… son aspectos de nuestra personalidad, rasgos de nuestra actitud cuando proyecta nuestra propia identidad.

La dignidad el valor inherente al ser humano como ser libre y racional dotado de libertad y con capacidad creadora. Son palabras mayores, hablamos de la máxima dimensión humana (no espiritual).

Seguramente identidad y actitud son los dos polos que separan el ser individual del ser social, y ahora lo analizaremos.

Las personas pueden modelar y mejorar su vida tomando sus propias decisiones, por lo que la dignidad es una opción personal frente a los demás, y frente a uno mismo. Y como seres sociales que somos tras la dignidad propia emerge la dignidad frente a los demás.

Dignidad personal

La dignidad propia es hacerse valer como persona, con responsabilidad, seriedad y respeto hacia sí mismo.

El que se merece respeto y estima en sí mismo dispone de dignidad, lo que de forma positiva refuerza su personalidad.

La dignidad es un derecho inviolable e intangible, no se puede medir, pero tú sabes si eres digno frente a ti mismo.

Dignidad social

La dignidad social, frente a los demás, es ganarte el respeto de los que te rodean a través de tu propia actitud de respeto a ti mismo.
dignidadTú decides, si puedes, ejercer la libertad en la toma de decisiones. Pero no siempre podrás, ya que hay muchos factores que pueden determinar decisiones que afecten a tu propia dignidad.

El bien común, el sacrificio personal hacia los demás, la supervivencia personal o de tu familia pueden cambiar la prioridad de tu escala de valores, cediendo frente a la dignidad propia. Seamos realistas, seamos prácticos y comprensivos.

El ideal de persona, el ideal del caballero, tiene demasiadas ataduras en una sociedad que te hace cautivo de tu propia libertad, que te engancha con hipotecas, contratos laborales, dependencias de terceros, dependencia de terceros frente a tus decisiones. Y demás.

Por eso si te quitan los derechos básicos, tu independencia, y por tanto la libertad de elegir, pierdes capacidad de ser digno en lo personal.

Indignidad y culpabilidad

indignidadNo seamos demasiado críticos y exigentes con los demás. Tampoco lo seas contigo mismo. No convirtamos el ideal de dignidad en una condena o en sentimiento de culpabilidad en lo personal.

Tú sabes muy bien el valor de la dignidad personal, pero en cada caso sabes ubicarla adecuadamente en tu escala de valores.

La indignidad social es más penalizable, sobre todo si genera efecto negativo en los demás. Siempre puede haber otras opciones, al menos búscalas. Puedes ser sometido, inevitablemente, a juicio. Si tu indignidad daña la libertad de los demás, y por lo tanto su propia dignidad, no tendrás perdón.

Dignidad y marca personal

No sólo se trata de lo que eres, o de lo que piensas que eres. Se trata de lo que haces, lo que proyectas, de cómo actúas. Lo demás puede servir sólo para ti, en el fondo puede ser una forma de engañarte.

Lo que no se ve, no existe. Lo que no demuestras, no vale. Aunque sea hacia ti mismo, que ya le otorga un valor más que suficiente.

Mantén la dignidad, mientras puedas. Es parte de tu marca personal.

Sólo son reflexiones, quedaría mucho por decir.

 

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