La palanca para mover tu mundo
Si eres conformista, no tienes ambición, te sientes cómodo, te encuentras calentito en tu zona de confort, o simplemente piensas que has conseguido ya lo suficiente, este post no es para ti.
Y créeme que te admiro. Porque no podemos estar todo el día ambicionando, deseando, retándonos a metas mayores. Es realmente cansino, agotador, y a veces frustrante.
Personalmente no me importaría encontrarme entre este grupo de personas, pero no es mi caso. Evidentemente si lo fuera no estaría dándole a la cabeza y al teclado cada día.
En el caso de pienses que aún no has llegado a tu meta, que te la mereces, que harás todo lo posible por llegar, que la vida todavía no ha sido justa contigo, que la sociedad te debe algo, o que tienes que demostrar a muchos lo que vales… o simplemente demostrarte a ti mismo que lo puedes conseguir…. Date por aludida o aludido. Este post te lo dedico.
A estas razones se les llama palanca, y si tienes una poderosa podrás mover tu mundo.
La motivación son las ganas, la ilusión y el deseo profundo de iniciar algo. Es el resultado de saber que tengo algo que hacer, y que puedo llegar a conseguir mi éxito particular.
Cada palanca es un factor motivante, y actúa como acelerador de tu actitud en estas fases:
- Impulso de logro: Quiero conseguirlo. Es una primera fase donde aparecen deseos y reflexiones, pero no es suficiente. Podrían ser flor de un día, dependiendo de las circunstancias o de hechos cotidianos. Hace falta algo más.
- Capacidad: Puedo conseguirlo. Tengo capacidad (habilidad y/o conocimientos suficientes), o puedo adquirirla.Puedo hacerlo.
- Compromiso:Voy a hacer lo posible por conseguirlo. Ese compromiso es una relación física (puedes escribirlo y firmarlo, o ponértelo en la pared) y mental contigo mismo. Una vez te comprometes, no te puedes fallar.
- Iniciativa: Voy ya a ponerme en marcha. Ahora transformas en acción ese compromiso. Haces un plan, detectas las variables, empiezas a dar pasos, a tomar decisiones, a solucionar problemas. Evita la postergación.
- Y Optimismo: Lo voy a conseguir. No se trata de falsa motivación (no puedo ella) sino de acercar posibilidades a realidades. Si las fases anteriores son correctas, estás multiplicando la probabilidad de conseguirlo.
Quédate con esto último, lo demás es puro placebo y falsas esperanzas cuyos efectos pueden ser desoladores; el fracaso por haberte planteado metas imposibles, y haberte creído que sólo con desearlo podrías conseguirlo.
Todos sabemos que esta frase representa el entusiasmo de Arquímedes de Siracusa (287-212 aC), la figura más eminente del período alejandrino y el mayor matemático y “mecánico” de la antigüedad. Y que se hace realidad cuando la máquina por él construida funcionó a la perfección.
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