Prólogo al libro SOS Tengo un Jefe Tóxico

libro jefe tóxicoCuando Pablo me propuso prologar su libro SOS Tengo un Jefe Tóxico , me sorprendí. Porque, aunque nos seguimos la pista profesionalmente desde hace tiempo a través de las redes y de lo publicado, apenas hemos tenido un par de interacciones personales. Y por ello me pareció una temeridad el encargo, y así le respondí: «Abrumado por la responsabilidad de la confianza que depositas en mí, pero por supuesto animado a asumir el reto».

Yo intuía que Pablo no da puntadas sin hilo, y él sabía a qué puerta llamaba. Primero, porque insistió mucho en que «en que primero te tiene que gustar, no te sientas obligado si no suscribes parte al menos de lo escrito». Quien me conoce sabe que basta que me suelten ese comentario para que yo lo reinterpreté como una provocación al desafío de asumir la propuesta. Y también, porque la temática de tratar el lado oscuro del liderazgo despertó mi curiosidad, siempre ávida de conocer otros puntos de vista originales e innovadores, sobre cualquier aspecto relacionado con la gestión de personas en las organizaciones, ¡mi pasión!

Y la verdad es que mis expectativas se han visto satisfechas. Pablo Adán, conocido conferenciante y profesor de Liderazgo, Marca Personal y reputación digital, sale de su zona de confort de escribir sobre los aspectos «vendedores» del deber ser del liderazgo y decide valientemente abordar de una forma sistemática y argumentada los mecanismos y técnicas que un jefe tóxico utiliza o manifiesta, y qué consecuencias tiene o puede provocar en las personas a las que lideran y en las organizaciones que los amparan, en el corto, en el medio y en el largo plazo.

De la lectura del libro se intuye que para el autor la motivación de escribirlo respondía a una necesidad de dar voz a muchos profesionales que las han sufrido y las han compartido con él, con la esperanza de que pueda ayudarles a identificarlos y a saberse proteger de ellos.

El libro me suscita dos reflexiones. La primera, que por mi experiencia me temo que, en general, los roles puros y exclusivos, en los que los intelectuales e investigadores del management les gusta clasificar a las personas, rara vez se dan. Todos somos una genuina e individual mezcla de nuestra particular biología, de nuestras creencias y de nuestras experiencias, y además en constante evolución inacabada. Con lo que me atrevo a afirmar que, igual que no existe el líder positivo puro, sino que, a lo sumo, su tendencia general será a actuar como tal, con fases o momentos en que manifestará comportamientos en su dirección de personas que no podríamos calificar como propias del liderazgo positivo, tampoco creo que se dé un contumaz y «perfecto» liderazgo negativo. Con lo que, a pesar de la ayuda del libro de Pablo para identificarlos, será mucho más difícil de lo que intuitivamente podamos suponer.

La segunda, que igual que nos hacemos el interrogante de si el líder -positivo- nace o se hace, el mismo puede plantearse respecto del líder negativo. Dada mi confianza -a lo mejor ingenua- en la bondad natural del ser humano, salvo quien carezca biológicamente de la capacidad física de empatizar con los demás o la tenga psicológicamente seriamente dañada, no creo que nadie quiera ser consciente y voluntariamente un líder negativo. Si esto es así, llegar a serlo habrá sido la consecuencia de un mecanismo de defensa desarrollado o aprendido inconscientemente para ocultar o sobrevivir a su propia inseguridad personal, o una exacerbada ambición u orientación a la consecución de resultados personales o profesionales.

Y, bajo esta premisa, como tal forma de liderar aprendida, si fuéramos capaces de generar autoconciencia en el jefe tóxico, ¿sería posible «curarlo» con alguna metodología o terapia que le ayudar a desaprender? Tras la lectura del libro, saquen los lectores sus propias conclusiones; o quizás sea materia para otro libro.

En todo caso, como Presidente Nacional de la asociación profesional que representa a los profesionales de la función de gestión de personas en las organizaciones, lo que me preocupa es, dada nuestras responsabilidades en las empresas de velar porque las personas trabajen en un entorno saludable, a ser posible felices y comprometidas con lo que hacen y, desde luego, respetando y haciendo respetar su dignidad personal, ¿cómo podemos ayudar a identificar a un líder negativo, cómo podemos neutralizar su toxicidad y cómo podemos proteger a los colaboradores de él?. En el libro encontraremos pautas sugeridas.

En conclusión, es una materia para tomarse muy en serio. Gracias Pablo por la osadía de ponernos en la agenda de nuestras prioridades «limpiar» nuestras organizaciones de jefes tóxicos.

Juan Pablo Borregón Baños

Director Recursos Humanos

Presidente Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas (AEDIPE)

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También puedes descargar el Capítulo 1aquí 

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