Aceptamos pulpo como marca personal (coherencia)
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La marca personal es de todos
Reconoceréis conmigo que a veces nos tomamos las cosas demasiado en serio, y yo el primero.
La marca personal tiene su sentido y sus raíces, pero pertenece a todos, tan a todos que todos somos marca personal.
Una de las preguntas que más suelen producirse en talleres y clases de marca personal en universidades, escuelas de negocio y otros foros se refiere a aquello de “pon ejemplos de marca personal”.
Claro, y aquí viene el primer problema. ¿la marca personal es sólo el efecto que dejamos en los demás? ¿O es la conjunción entre ser y actuar?
Yo prefiero pensar en la segunda parte, ya que de ella se deriva, según mi criterio, uno de los principales pilares de la valoración de una marca personal potente, segura y fiable: la coherencia.
Coherencia y marca personal
Sí, para mi es la principal clave para poder juzgar si una marca personal es real. Soy como digo que soy, actúo según pienso.
La coherencia reduce la incertidumbre es el principal factor de valor personal junto a la confianza (relación de perspectiva futura) y a la capacidad (poder hacer). Las 3 Ces, los tres pilares de la marca personal.
Entonces, el nivel de conocimiento de una persona es necesario para ese juicio de lo que puedo pensar de él, del efecto de su marca. Porque ese efecto de marca personal (leer más sobre el efecto en Soymimarca más abajo) tiene mucho que ver con lo que eres y lo que demuestras.
¿Vale y a dónde quiero llegar? Al personaje, a la persona pública.
Personaje y marca personal
Volvemos entonces al famoso, a la persona pública. Políticos, artistas y deportistas, entre otros, son personas con una proyección social. A veces esta proyección supone una doble personalidad.
Una veces porque el personaje que interpretan les obliga a mantener un papel social. Otros, simplemente, porque escudan cómodamente un papel que encubre su vida privada, cosa que no entro a juzgar.
Pues bien, ¿es o no es marca personal entonces un personaje público?
Si nos ponemos puristas yo diría que no, pero bueno… ¿y por qué no? Hoy no estoy en modo purista.
Vida pública y marca personal
Ayer leí el certero post (para variar) de Andrés Pérez que asomaba algo referente al personaje, y hoy he leído la tormenta mediática (sobre todo en twitter) a favor y en contra del actor Fernando Tejero por apoyar el pacto PODEMOS-IU y además declararse homosexual en mitad de la batalla (leer más abajo en aquí en El País).
Algo similar le pasó al bueno de Willy Toledo y sus acciones en los piquetes de la huelga general, o en otro extremo a la actriz Maribel Verdú por clamar enjoyada contra los desahucios cuando era actriz protagonista de campañas para hipotecas basura, o a Miguel Bosé cuando le sale la antipatía…. Ya escribí sobre esto en el post “Famoso no es marca personal” que podéis leer más abajo.
El debate sobre si un personaje público puede dar publicidad a su ideología política, acciones de compromiso social etc. es una pérdida de tiempo y más si ese juicio se filtra sobre nuestras convicciones personales. Nos guste o no lo que hace o lo que dice… ¿por que no pueden? ¿Porque se deben a su público?
No, se deben a ellos en primer lugar, y a su coherencia después. Y si esa coherencia les hace actuar o retratarse con diferentes acciones, pues perfecto.
¿Y qué tiene que ver esto con lo del pulpo?
Pues que los tentáculos de la marca personal son muchos, y no tenemos que cortarlos todos menos uno. Sí es cierto que todo no es marca personal (como ya escribí en su día) pero también es cierto que la marca se lleva y se deja, y que hay muchos ejemplos de marca personal que posiblemente no responden al patrón estándar.
Bueno, y ahora una pregunta ¿puede tener alguien más de una marca personal? Ahí queda el debate, si te atreves.
Pablo Adán es autor del libro El Reto, estrategia personal para tiempos de incertidumbre. Marca personal en acción. Infórmate aquí,
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