¡Alta tensión! Ingredientes de una empresa tóxica
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Alta tensión
Una cosa es ser una persona capaz, con una elevada predisposición al trabajo, proactiva y con un alto nivel de auto exigencia, y otra que estas cualidades sean las más deseables en una empresa en la que lo habitual es la presión.
Si eres una persona con estas características coincides con el perfil del empleado ideal para el jefe tóxico, pero difícilmente le aguantarás el ritmo mucho tiempo. Eres susceptible de padecer estrés, y esto no es ninguna tontería, porque el estrés es una enfermedad, es el principal motivo de baja laboral y provoca muchas enfermedades derivadas de él.
Ingredientes organizativos de la empresa tóxica
Alta tensión, se respira, se siente, quema. Velocidad, desconfianza, exigencia… Estos son los principales ingredientes organizativos de una empresa con alta tensión son:
- La hiperactividad viene provocada porque siempre algo nuevo que hacer, siempre algo no previsto. Muchas veces se genera por la dinámica del equipo y se convierte en acción real y necesaria, pero si se impone de forma injustificada y continuada, simplemente porque el jefe necesita elevar la tensión, es una actividad tóxica.
- Cuando se pretende abarcar demasiado superamos la capacidad operativa y de gestión del equipo. Puede ser por necesidad, por picos de trabajo estacionales o por una falta de criterio a la hora de acometer proyectos, pero en todo caso no es una decisión que vaya a ayudar a trabajar sin el daño colateral de un estrés negativo.
- Si estamos ante intereses y objetivos cambiantes, si manda el entorno y sus circunstancias por encima de la propia empresa, la organización va a rebufo de la actualidad, y esta situación genera estrés y descoordinación. Los objetivos a corto plazo prevalecen sobre la estrategia a largo plazo y se termina perdiendo el norte.
- Por su parte la excesiva competitividad frente al mercado es una actitud reactiva que provoca tensión interna y evidencia una falta de iniciativa ante el mercado.
- Por último, la cantidad por encima de la calidad termina trastornando el ambiente. Si no existen momentos de descanso y reflexión, la locura queda instalada entre nosotros.
Todas estas situaciones conllevan una exigencia de alto rendimiento permanente que imposibilita momentos de relax, no necesariamente de descanso, sino de planificación, análisis y reflexión. Y sólo hablamos del ambiente, no de las personas, jefes y compañeros.
Y es un indicativo más de que estás en una empresa tóxica, porque hay un jefe tóxico que lo promueve, lo permite, o no hace nada para evitarlo.
¡Y encima recién llegado al trabajo tras unas vacaciones! Para aflorar tu síndrome postvacacional.
Hola Pablo! Felicidades por el post. Genial retrato! Yo añadiría algo que suele faltar a la gran mayoría de empresas tóxicas: propósito.
Abrazo grande!
Gracias, eso ya sería de nota. Cultura y compromiso abunda por su ausencia en la mayoría de pymes y micropymes, aunque hay luz de esperanza…