No todos somos seres extraordinarios
Te dicen: “Adelante, si quieres puedes. Eres un ser extraordinario, y nada te impide plantearte retos imposibles”. Pero nadie estará a tu lado cuando no los consigas. y es que no todos somos seres extraordinarios.
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Normales e imperfectos
Sigo estando hasta las mismísimas narices de la filosofía que se escribe en los sobres de azúcar, no es la primera vez que lo digo ni la última que lo diré.
Primero empezamos con las frases y libros de motivación, después pasamos a los de autoayuda y, por último, terminamos en los de cómo superar la depresión.
No todos tenemos capacidad para cumplir lo que no proponemos, no todos llegamos donde nos queremos, no todos conseguimos respeto, influencia o una alta satisfacción personal. No todos somos seres extraordinarios, y no pasa nada.
Duele, no suena bien, pero es real.
El individualismo se ha transformado en hiperindividualismo, donde te empujan a creer, y terminas creyéndotelo, que eres un ser extraordinario y sin límites. Pero no es así, la mayoría somos absolutamente normales, imperfectos, con complejos y limitaciones, muchas limitaciones. Y no pasa nada.
Las personas extraordinarias, unas más conocidas que otras, representan un pequeño porcentaje, muy pequeño. Así que más vale no identificarnos ni utilizarlos como personajes de referencia y aspiración. Sobre todo si, al no conseguirlo, nos vamos a sentir unos fracasados.
“Si él puede, tú también”: falso.
Cueste lo que cueste hemos de asumir como falso, o al menos relativamente incierto, eso de “si él puede, tú también”. Y añadiría que no hacerlo puede resultar hasta peligroso; según en qué casos claro, no hablo de banalidades ni asuntos diarios. Hablo de grandes retos, de grandes conquistas.
No, no todos somos seres extraordinarios, no todos tenemos las mismas oportunidades, ni la misma capacidad, ni la misma actitud, ¿ni la misma suerte? Lo contrario es utopía y autoengaño. Igual merezco un zasca por esto, soy consciente.
Hablando recientemente sobre el tema con Krizn, no recuerdo en cuál de las abducciones, me dijo:
“Pablo, con ese planteamiento tan subjetivo te estás cargando la ilusión de muchas personas. Insistes en lo mismo una y otra vez”.
Mis Conversaciones con Krizn sobre las tonterías de la vida y la puta realidad.
Tal vez, podría ser así: lo siento. Pero es más real esto que su contrario.
El empuje del super optimismo, no lo olvidemos, te anima a volar sin aprender a aterrizar, a lanzarte desde lo alto sin paracaídas…. Y nadie estará a tu lado cuando caigas.
Manda la motivación sobre la realidad.
Es cierto que la realidad es cambiante y que todo puede ir a mejor, que tenemos margen de mejora y podemos conseguir mayores retos. Y también es cierto que todo puede ir a peor. Nadie quiere hablar de esto, ni mucho menos leerlo: no es motivador.
La motivación es la propuesta de la mayoría de los contenidos. Pocos aterrizan hacia la realidad o la posibilidad del fracaso. Yo creo que es necesario pensarlo y asumirlo.
Asumir la realidad y el futuro cuesta, pues supone un esfuerzo añadido a la supervivencia de este jodido presente. Pero es mejor hacerlo que mirar para otro lado.
Pero debes confiar en ti mismo
No, no pienses que he venido a desmotivarte, a decirte que no tienes potencial, que te olvides de aspiraciones, no. Todo lo contrario, pretendo encontrar un equilibrio. Y un poco de humildad.
Medir nuestra capacidad, desarrollar nuestro margen de mejora. Crecer personal y profesionalmente, plantearnos retos viables, nunca dejar de aprender. Y, ahora que ya has hecho lo primero, y no al revés, diseña tu meta, da forma a tus aspiraciones, y no te dejes llevar por los retos de los demás.
Siempre habrá quien te haga sentir que no vales, y siempre habrá quien te diga justo lo contrario. Dimensiona y equilibra ambas situaciones, analiza y concluye sin interferencias. Aunque siempre viene bien un empuje anímico en los peores momentos, ¿verdad?
Ánimo. Paciencia, equilibrio y prudencia. Y recuerda, eres único.
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